Cualquier exceso es malo, y el exceso de ácido fólico no es una excepción.
Las consecuencias del ácido fólico alto no son muy conocidas debido a que cuando se produce dicho exceso, este se suele eliminar a través de la orina, evitando así las dosis altas en nuestro cuerpo, y por lo tanto, no suelen aparecer síntomas que lo identifiquen o consecuencias que deriven de esta situación.
A pesar de tener un mecanismo de eliminación eficiente pueden presentar efectos adversos si se administran suplementos de manera desmedida. Un exceso de suplementación de ácido fólico, puede dar paso a una sobredosis de ácido fólico en personas totalmente saludables. Estos efectos pueden revertirse si se interrumpe el consumo de suplementos, sin embargo, aunque no es muy frecuente, también puede presentar serias complicaciones.
Se ha descrito que el nivel máximo tolerable de consumo de ácido fólico como suplemento es de 1000 microgramos al día (1 miligramo al día) (Nutri-Facts 2009). Dosis más altas a esta se utilizan para el tratamiento de enfermedades por déficit de ácido fólico ocasionadas por errores congénitos del metabolismo y problemas de malabsorción, así como para suplemento durante el embarazo en mujeres que han tenido hijos con defectos del tubo neural, situación en la que se recomienda ingerir dosis de hasta 5 miligramos al día bajo prescripción médica.
Ácido fólico alto causas
¿Cuáles son las causas del ácido fólico alto en sangre? La principal causa del exceso de ácido fólico en adultos es su consumo en forma de suplementos que contienen dosis demasiado elevadas, por encima de las recomendadas. Para mujeres embarazadas y en edad fértil se recomienda el consumo a dosis de 4 microgramos al día, el límite superior de consumo recomendado para adultos mayores de 19 años de edad es de 1000 microgramos por día.
Dosis superiores a 1 miligramo (1000 microgramos) al día, puede favorecer el riesgo de presentar efectos adversos y otras complicaciones, como veremos más adelante.
¿Qué pasa si tengo el ácido fólico alto?
En general el exceso de ácido fólico no produce toxicidad (daño nocivo a los órganos y tejidos) gracias su alta solubilidad en agua y a su fácil excreción por la orina, sin embargo, si puede presentar reacciones adversas en algunas personas que lo consumen a dosis altas.
Los efectos por sobredosis de ácido fólico se han observado en estudios de metaanálisis y en reportes de casos de personas que han presentado reacciones adversas con niveles de ácido fólico alto en sangre. Las manifestaciones que se presentan por una ingesta elevada de ácido fólico son:
Síntomas del Exceso de Ácido Fólico
Problemas digestivos como:
- Nauseas
- Vómitos
- Dolores abdominales
- Diarrea
Síntomas generales:
- Hiperactividad
- Irritabilidad
- Confusión
- Alteraciones del sueño
Síntomas graves
- Picazón en piel
- Enrojecimiento
- Lesiones cutáneas
- Sensación de falta de aire
- Dificultad para respirar
Los problemas a largo plazo que desencadena el exceso de ácido fólico en el embarazo y en cualquier persona adulta se relacionan con la condición de salud de cada persona, ya sea debido a que padece alguna enfermedad o deficiencia de vitaminas, o al propio embarazo.
El exceso de ácido fólico oculta el déficit de vitamina B12
El consumo de dosis altas de ácido fólico no solo oculta la deficiencia de vitamina B12, produce una mejoría temporal y a la larga empeorando las manifestaciones neurológicas, desencadenando daños irreversibles en las neuronas, las cuales no pueden regenerarse. También pueden empeorar los síntomas neurológicos de esta deficiencia de Vitamina B12 y empeorarla.
Aumenta la progresión de cáncer colorrectal y de próstata
Si bien el ácido fólico ha demostrado tener un efecto protector contra el surgimiento de cáncer, en personas que ya padecen cáncer de próstata o cáncer de colon puede acelerar el proceso de transformación maligna de tumores y provocar una diseminación rápida a otros tejidos (metástasis). Este efecto se ha descrito en varios artículos médicos de revisiones bibliográficas previas, según observaciones realizadas en personas con cáncer que presentaban un progreso más rápido de cáncer y quienes tenían concentraciones de ácido fólico alto en analítica (Carrillo Gomez, Catherine Scarlett, et al. El Residente. 2017).
Provoca una deficiencia de Zinc
El ácido fólico puede tener un efecto inhibidor para la absorción del zinc. A pesar de que a día de hoy se requieren de más estudios que corroboren esta teoría, sí se ha relacionado el exceso de ácido fólico con la deficiencia de Zinc.
Convulsiones
Este efecto se presenta en personas que padecen de epilepsia o convulsiones y que se encuentran bajo tratamiento médico con anticonvulsivantes. Las dosis altas de ácido fólico disminuyen la actividad de los fármacos desencadenando la exacerbación de las crisis convulsivas.
Acelera el deterioro cognitivo en personas de la tercera edad
Para los ancianos, hay un riesgo alto de que presenten disminución de la función de la memoria y actividades ejecutivas si tienen un exceso de ácido fólico en sangre (específicamente en el plasma sanguíneo).
Aumenta el riesgo de trastornos del espectro autista
Los efectos que hemos descrito con anterioridad han sido observados en la población en general. En el caso de la mujer embarazada los efectos adversos tienen menor grado de evidencia debido a las implicaciones éticas que lleva realizar ensayos clínicos. Pese a ellos, varios autores han realizado revisiones en varios grupos de mujeres embarazadas y han identificado una asociación estrecha entre el riesgo de presentar trastornos del espectro autista en los niños de madres que han tenido exceso de ácido fólico en el embarazo.
Un estudio de cohorte realizado en Israel en el año 2019 con niños nacidos entre los años 2000 y 2013, concluyó que puede existir una relación entre el consumo excesivo de ácido fólico durante el periodo de gestación y el desarrollo de trastornos del espectro autista, sin embargo lograron además sugerir la hipótesis de que este riesgo puede estar influenciado por el orden de nacimiento, es decir, si es el primer hijo de la madre, el riesgo es mayor.
Se identificó que las dosis mayores a 60.3 nmol/L puede asociarse con un riesgo de 2.5 veces mayor a presentar estos trastornos, sin embargo, los niveles altos de ácido fólico no son los únicos determinantes como bien se ha mencionado previamente.
Otro estudio publicado en 2019 en la revista Medical Hypotheses, se basó en la búsqueda en la base de datos de MEDLINE para encontrar factores perinatales asociados al desarrollo de trastornos del espectro autista. Este estudio logró identificar un metaanálisis de 12 artículos con hasta 16 estudios realizados en bebés de mujeres que ingirieron suplementos de ácido fólico durante el embarazo. En dicho estudio, demuestran que la suplementación temprana con ácido fólico durante el embarazo puede reducir el riesgo de autismo con un nivel de confianza del 95%. Las dosis empleadas en la mayoría de estudios que señalan un efecto protector contra este trastorno rondan entre 600 y 800 hasta 1000 microgramos por día.
En este mismo estudio detallan el riesgo de presentar trastornos del espectro autista si se encuentran niveles altos de vitamina B12 (más de 600 pmol/L) junto a niveles altos de ácido fólico (más de 59 nmol/L), llegando a la conclusión de que una dosis excesiva de ácido fólico durante el embarazo no demuestra mejores resultados.
Debido a esto, la Organización Mundial de la Salud –OMS- ha sugerido un valor normal de folato en suero sanguíneo entre 13,5-45,3 nmol/L en personas de cualquier grupo etario, valores que pueden utilizarse como referencia durante los controles prenatales.
El exceso de vitamina B12 y ácido fólico
El exceso de vitamina B12 y ácido fólico ha demostrado tener efectos desfavorecedores en el desarrollo normal de los niños. Se han documentado múltiples casos en los que se relacionan con la presencia de trastornos del espectro autista. Este riesgo es menor cuando el exceso es de una sola vitamina.
El riesgo, aunque en menor medida, sigue estando presente ante el consumo excesivo de suplementos, sin embargo, a día de hoy, la evidencia es escasa como para asegurar que el ácido fólico alto en mujeres puede desencadenar la presencia de autismo en el niño, y los datos también son insuficientes para sugerir unos niveles máximos de ácido fólico en los estudios hematológicos.
¿Cuáles son las recomendaciones para evitar estos riesgos?
Ante toda la evidencia, lo ideal es ingerir los suplementos en dosis recomendadas. Todos los especialistas están de acuerdo en que una dosis de 400 microgramos al día es segura antes y durante el embarazo, en toda mujer sin factores de riesgo, pudiendo llegar a ingerir hasta 1000 microgramos al día en situaciones que lo requieran.
En casos en los que se requieran dosis más altas (como en el caso de haber tenido un hijo con defectos del tubo neural o casos de deficiencia severa por trastornos de malabsorción), el beneficio de ingerir suplementos con concentraciones más altas de ácido fólico es mucho mayor al riesgo probable de presentar efectos secundarios, pero siempre debe realizarse el seguimiento bajo observación médica, controlando la aparición de cualquier síntoma que requiera de un reajuste en la dosificación.
Otra de las recomendaciones es no ingerir multivitamínicos si no es bajo prescripción médica. No debes optar por ingerir suplementos de ácido fólico que vengan acompañados con otras vitaminas (especialmente si son liposolubles: vitaminas D, E, K y A), ya que esto podría dar lugar a síntomas por exceso de otras vitaminas y en casos más graves por sobredosificación presentar cuadros de hipervitaminosis con síntomas graves y sus respectivas complicaciones.
La Organización Mundial de la Salud –OMS- aprueba la administración diaria de suplementos de ácido fólico en combinación con hierro, ya que durante el embarazo también se requiere de mayor cantidad de este mineral. La composición del hierro debe ser de 30 a 60 mg de hierro elemental, equivalente a 150 a 300 mg de sulfato ferroso heptahidratado o, 90 a 180 mg de fumarato ferroso o 250 a 500 mg de gluconato ferroso respectivamente.
El hierro polimaltosado y ácido fólico se recomienda en casos de anemia durante la gestación, ya que esta forma del hierro tiene una liberación lenta con mayor tolerancia al momento de ingerirlo, en comparación con el sulfato ferroso.