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Eyaculación en el embarazo

LA EYACULACIÓN EN EL EMBARAZO (MITOS Y REALIDADES)

Todavía hay muchas personas que creen que la eyaculación en el embarazo puede dañar al bebé. Sin embargo, la gran mayoría de los especialistas consideran que el semen eyaculado dentro de la vagina de la mujer embarazada no tiene ningún efecto negativo sobre el bebé, de hecho, no tiene ningún tipo de efecto.

Si te has preguntado qué pasa con el esperma cuando estás embarazada, la respuesta es esta: nada. El semen dentro de una mujer que está ovulando es una sustancia muy activa. Pero en cambio, dentro de una mujer que ya está embarazada, es una sustancia más, sin efecto significativo alguno. Veamos algunos los mitos y realidades sobre la eyaculación dentro en el embarazo.

¿La eyaculación en el embarazo perjudica al bebé?

Son muy pocos los médicos que todavía sostienen que la eyaculación dentro en el embarazo pueda tener efectos positivos o negativos sobre el bebé, sea al inicio o al final de la gestación. Lo cierto es que no lo afecta en nada, al menos no por vía directa.

Lo que sí es realmente peligroso es que el semen del hombre sea portador de alguna ITS (Infección de Transmisión Sexual), tales como VIH, herpes, sífilis, gonorrea, etc. Estas infecciones están presentes en el semen de la persona infectada, y se pueden transmitir a la mujer embarazada y afectar al bebé en su formación o luego del nacimiento.

Si sabes que tu pareja tiene alguna ITS, o aparenta tener síntomas, no sólo no debes permitir que te eyacule dentro, sino que no deben practicar sexo sin protección, en especial durante el tercer trimestre del embarazo, cuando el parto está cerca.

Tampoco la eyaculación precoz influye en el embarazo, ni la eyaculación retardada. Y si en cambio el semen se eyacula en el ano y no en la vagina, el único riesgo es que si se desliza y se inserta en la vagina, puede haber infección por bacterias procedentes del recto, y eso sí puede afectar el embarazo (muy baja probabilidad). Pero el semen en sí mismo no es un problema.

Por qué motivos una eyaculación no fecunda a una mujer embarazada

Hay básicamente 3 motivos biológicos por los cuales normalmente la eyaculación del semen en la vagina no fecunda si ya hay un embarazo en curso, incluso aunque el óvulo esté recién fecundado:

  1. ¡Espermatozoides guardianes de retaguardia! El ser humano es considerado una especie de prole reducida, si lo comparamos, por ejemplo, con algunos mamíferos cuadrúpedos, que pueden tener regularmente 4, 5 ó más crías en un solo parto, incluso de múltiples padres. En las especies de prole reducida como la nuestra, los primeros espermatozoides, los que salen en las primeras contracciones eyaculatorias, tienen como objetivo fecundar. Pero hay una segunda “camada”, los llamados “espermatozoides de acción retardada”, que proceden de las últimas contracciones eyaculatorias del hombre, y no tienen la misión de fecundar, sino de “cuidar la retaguardia”. Estos espermatozoides paradójicamente contienen espermicidas (sustancias que eliminan espermatozoides) y eliminan a cualquier otra camada de espermatozoides “polizones” que logren acceder a la vagina o al útero. La fertilización asistida ha estudiado esto, y sólo usa los espermatozoides de primera camada.
  2. No hay óvulo que fecundar: En cada ciclo, uno de los ovarios de la mujer libera un solo óvulo, y si se produce un embarazo, eso significa que el óvulo ya está fecundado, y que las ovulaciones (y por tanto las menstruaciones) se mantienen interrumpidas hasta un tiempo después del parto. En el caso del ser humano, no hay nada que evite más un embarazo que el embarazo mismo. Si los espermatozoides ingresan en la vagina de una mujer embarazada, nunca encontrarán un óvulo que fecundar.
  3. El tapón mucoso del cérvix: El cérvix o cuello del útero, a partir de aproximadamente la cuarta y la sexta o séptima semana de embarazo, está herméticamente cerrado mediante el “tapón mucoso”. El tapón mucoso se forma mediante la solidificación de una secreción del canal cervical, y forma una barrera natural físico-química e inmunológica que repele cualquier tipo de agentes externos, patógenos o no, incluidos los espermatozoides. Este tapón sella tan bien, que el líquido amniótico no se derrama, a pesar de que el útero es como un “recipiente bocabajo”.

La eyaculación en el embarazo no provoca parto prematuro

Hay médicos (pero sobre todo personas) que comentan que si el hombre eyacula dentro de la vagina durante la recta final del embarazo (en las últimas semanas) eso puede promover la dilatación del cuello del útero y el inicio de los trabajos de parto. Es una idea tradicional que, como veremos, nace de algo que es verdad, pero llega a conclusiones que no son ciertas.

Lo que ocurre es que el semen contiene prostaglandinas (PG), unas sustancias similares a hormonas, que, entre otras muchas funciones, tienen la propiedad de producir contracciones en el cuello del útero. La mujer también secreta las PG cuando va a empezar el trabajo de parto. Hasta aquí el prejuicio es verdad.

Pero ocurre que, para provocar contracciones de cérvix, se requeriría de una concentración de prostaglandinas mucho mayor que la que el semen contiene, porque esa no es la función del eyaculado. Así que la eyaculación por sí misma no promueve contracciones de útero, ni provoca que se inicien los trabajos del parto. Sólo el organismo de la mujer segrega prostaglandinas en concentración suficiente y en el momento justo como para producir el alumbramiento.

¿La eyaculación femenina afecta el embarazo?

La llamada “eyaculación femenina” es un tema muy polémico. Aunque ya se han hecho investigaciones bastante serias al respecto, las conclusiones no parecen definitivas. Se trata de un líquido que no muchas mujeres emiten al tener un orgasmo, pero aún no se sabe si procede de la vejiga, o de la llamada “próstata femenina” (glándulas de Skene o parauretrales), o de ambas.

Lo más importante que debemos decir aquí sobre el tema es que, a diferencia de la eyaculación masculina, la eyaculación femenina no está asociada directamente con el proceso de fecundación. Es sólo una emisión de líquido sin gametos, semejante al de la próstata del hombre, o sea, un fluido sin implicaciones de procreación por sí mismo e inofensivo para el bebé en gestación.

El objetivo de ese fluido femenino parece ser el de nutrir a los espermatozoides si los hay. Lo único que pudiera crear duda en este sentido es si el orgasmo de la mujer embarazada (en caso de que ella además eyacule) puede afectar al bebé. Pero como hemos visto en otro artículo, el orgasmo femenino tampoco afecta al feto en absoluto.

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